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viernes, 24 de mayo de 2013

29 Ser y parecer

Sólo aquello que no te pueden quitar es tuyo realmente.

Aquella sombra trabajó esforzadamente la mayor parte de su vida, privándose de lujos y placeres. Al fin reunió la suma que necesitaba para comprarse un cuerpo de carne y hueso. Con gran orgullo se lo pegó en los pies y lo obligó a hacer todo tipo de actividades inútiles para lucir su posesión ante las demás sombras que, cansadas de manejar tantos años sus cuerpos, los movían siguiendo un diagrama de gestos banales y fáciles de ejecutar.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.

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