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domingo, 9 de diciembre de 2012

24 Génesis

Crea sin cesar hasta encontrarte a ti mismo.

De efecto en efecto, Dios logró al fin producir una causa, que de inmediato le arrebató su sitio.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.

sábado, 8 de diciembre de 2012

23 El perezoso

Aveces, el camino más corto no lleva a ninguna parte.

Sabiendo que había nacido para originar una mariposa, mientras sus congéneres se encerraban en laboriosos y oscuros capullos, el gusano se puso a saltar lo más alto que pudo, creyendo así echar alas con más facilidad.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.

viernes, 7 de diciembre de 2012

El “Pedro Páramo” de Juan Rulfo (1955)


Por: Alí Chumacero

Casi desconocido apenas hace dos años, con la publicación de su libro inicial El llano en llamas (1953), Juan Rulfo atrajo poderosamente la atención de la critica y de los lectores enterados. Su inmediato prestigio nació de unos cuantos cuentos sencillos algunos, complicados los menos sobresalientes por la cualidad que ha de ser imprescindible en todo cuentista: la de saber "contar". Frases llanas, provistas de un poder afín a lo terrible y vibrando al transcurrir de argumentos desagradables, siembran esas páginas de premeditadas sorpresas aptas para asombrar incautos pero firmemente estructuradas con la tranquila desesperación de un ávido cálculo literario. Hechos insólitas, recogidos en monótonas maneras monologales, se incorporan a la literatura joven de México por medio de esa manía evocadora de Juan Rulfo. Su libro contiene el balance de varios años de aprendizaje y, con no pocas muestras, se sitúa entre los mejor logrados de nuestras últimas generaciones.

     Pero no sólo los temas y la forma de relatarlos hicieron que El llano en llamas arrastrara tan repentinamente la curiosidad, a menudo inclinada a preferir lo trágico, de los pocos que se interesan por la literatura mexicana. Había ahí otro diestro ingrediente de igual importancia, que entre nosotros ha sido pretexto, sobre todo desde que apareció la novela de la Revolución, para armar "pastiches" cuyo dudoso valor literario desciende en ocasiones por la cuesta baja de lo folklórico. Me refiero al uso del lenguaje popular con intenciones artísticas. Rulfo, apartándose de esa semitradición, adivina el alcance de las palabras en boca del campesino y, además de explotar en su provecho la tradicional riqueza del habla circunscrita a labios torpes aunque no carentes de malicia, sabe adaptar a su régimen expresivo los giros y las significaciones de tales fórmulas maduradas por el tiempo y atávicamente vivas en el trato diario de la gente. El buen uso, cuando no el abuso, de esas frases lo lleva a elevar a dignidad artística lo corriente, aquello que en el recodo de un camino se deja oír sin más propósitos que señalar una cosa por su nombre o recordar un hecho pasajero. Como muy pocos de los escritores que han desmedido su entusiasmo por redimir el habla popular, Juan Rulfo, capta con probidad e inteligencia los matices favorables a la creación de su obra.

     Tal parece, pues, que el cuento es el campo idóneo en que se ejercita la pluma de Juan Rulfo. La novela es otra cosa. En ella no valen idénticas armas. La hermana mayor del género exige tratamientos que apoyen una historia si no más dilatada sí menos sujeta a un acontecimiento único. Rulfo ha pasado ahora de sus desvelos en el cuento a los de la novela. Su Pedro Páramo es la primera prueba de ese ensanchamiento en el cual, sin desmentir los aciertos arriba señalados, se arriesga a abordar temas muy conocidos por él pero estructurados en diferente forma. Vuelve aquí sobre análogas cuestiones: recrea en términos de sangre los más atroces sucedidos, alienta en sus procedimientos monologales un similar espíritu y rescata del habla coloquial giros que avivan las descripciones. En conjunto, Pedro Páramo resucita sin desmerecimientos las cualidades de El llano en llamas.

     Al buen escritor pocas palabras bastan: "Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo." Y desde la entrada, tras estas breves frases, el viejo Páramo, padre prolífico, amo y señor de aquellas tierras estériles, domina los sucesos. Pero quizá no sea del todo su figura de cacique despiadado la principal de la novela. Tampoco podría serlo el hijo que describe algunas de las aventuras, ni las viejas histéricas que pueblan el relato. Como trasfondo, el pueblo de Comala resulta la más perdurable presencia y son sus destruidos muros la mayor verdad de esta obra imaginaria. Por sus calles dan traspiés los borrachos, en sus casas se conspira contra la tranquilidad, en su cementerio sobreviven las voces de quienes sombrearon con sus cuerpos y sus pasiones el paisaje de pasadas épocas. Con violentos impulsos plásticos, Rulfo evoca y su novela no es otra cosa que mera evocación un enjambre de rumores que animan a Comala, y los trae al presente como si auténticamente estuvieran ocurriendo. La muerte de un hijo de Pedro Páramo deja en libertad su hermoso caballo, que continúa corriendo y relinchando por obra y magia de los espectros que invaden los capítulos. Los ladridos de perros ausentes encienden la impasibilidad de la noche. Las blasfemias proferidas decenios atrás se adelantan en el tiempo y siguen derramándose fervorosamente. Las campanas son las mismas que antaño doblaron a muerto. Y el viejo, al través del libro, persiste en el umbral de su casa, sentado en el cómodo equipal desde el que habría de desmoronarse "como si fuera un montón de piedras”. Páginas antes, al contemplar el paso de un cortejo fúnebre, Pedro Páramo había pensado: “Todos escogen el mismo camino. Todos se van”. Y esa razón, constante siempre, resume en su persona el sentido general de la novela.

     Crispa, también aquí como en los cuentos de El llano en llamas, el enamoramiento de Rulfo por las formas primitivas de ciertas relaciones que hacen de la soledad el origen del encantamiento. El hombre y la mujer aparecen tan cercanos uno del otro y tan propensos al pecado, que semejan sólo el engañoso emblema de la naturaleza para reproducir la especie. En ese huerto, los mejores frutos los corta Pedro Páramo. Promesas, insinuaciones dinero y muerte son los argumentos que emplea para colmar su devoción por la existencia. Frente a él y los demás, el sacerdote católico –que es la consciencia secreta de hombres y mujeres– también desciende a su propia naturaleza humana y desde el refugio del templo mira, rencorosamente, pasar la ráfaga de Pedro Páramo como un signo vital que atropella la calma de aquel desierto. “Me acuso, padre, que ayer dormí con Pedro Páramo. De que le presté mi hija a Pedro Páramo…”. Y sólo Pedro no llegó nunca al confesionario “a acusarse de algo” y desmentir de rodillas la fuerza ciega de su albedrío. Incólume, continúa siendo la encarnación y el prestigio de la infamia. Pero, como un Adán sin paraíso, él que crea la vida en torno, a tiempo ha advertido que “todos se van” y que por encima de su indeclinable voluntad el triunfo postrero pertenecerá a la muerte. El asesino paternal, hecho a batallas e intransigencias, se ve obligado a resignarse ante el espectáculo cotidiano de la desaparición.

     En el esquema sobre que Rulfo se basó para escribir esta novela se contiene la falla principal. Primordialmente Pedro Páramo intenta ser una obra fantástica, pero la fantasía empieza donde lo real no termina. Desde el comienzo, ya el personaje que nos lleva a la relación se topa con un arriero que no existe y que le habla de personas que murieron hace mucho tiempo. Después la llegada del muchacho al pueblo de Comala, desaparecido también, y las subsiguientes peripecias –concebidas sin delimitar los planos de los varios tiempos en que transcurren– tornan en confusión lo que debió haberse estructurado previamente cuidando de no caer en el adverso encuentro entre un estilo preponderantemente realista y una imaginación dada a lo irreal. Se advierte, entonces, una desordenada composición que no ayuda a hacer de la novela la unidad que, ante tantos ejemplos que la novelística moderna nos proporciona, se ha de exigir de una obra de esta naturaleza Sin núcleo, sin un pasaje central en que concurran los demás, su lectura nos deja a la postre una serie de escenas hiladas solamente por el valor aislado de cada una. Más no olvidemos, en cambio, que se trata de la primera novela de nuestro joven escritor y, dicho sea en su esquite, esos diversos elementos reafirman, con tantos momentos impresionantes, las calidades únicas de su prosa.

viernes, 21 de septiembre de 2012

21 Delirio de grandeza

Si buscas elogios, pregúntate antes qué has hecho para merecerlos.

Un yesero carga un Cristo para llevarlo a una iglesia. Ve que a su paso por la calle los ciudadanos se prosternan. Cree que es un homenaje dedicado a su persona. Se siente divino. Quiebra la escultura y abre los brazos. No comprende por qué lo apedrean.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.




viernes, 24 de agosto de 2012

22 Adán, poeta

La poesía es lenguaje, pero el lenguaje no es poesía.
   

   Quiso decir «fuego», le salió una llamarada por la boca. Con terror dijo «abejas», vomitó un enjambre. Ya más cauteloso murmuró «trigo», la lengua se le cubrió de semillas. Estuvo tentado a decir diamantes, perlas, oro, pero aquello se le mezcló con tarántulas, tigres, excremento. Después de horas de mudez, concretando sus ensueños, exclamó «Eva». Le vino un dolor atroz a las mandíbulas, la boca se le fue abriendo de más en más. Mientras una cabeza provista de abundante cabellera comenzaba a surgir partiéndole los dientes, fue perdiendo la respiración y luego la conciencia. El cuerpo de la hermosa mujer, formada con los huesos y la carne de aquel primer hombre, surgió de la piel vacía.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



domingo, 19 de agosto de 2012

20 Delirio de pesecución

Huir te acerca a tu tumba.


   Un insensato no cesaba de quejarse porque lo venían siguiendo sus huellas. En lugar de quedarse quieto, huyó hasta caer muerto de fatiga.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



sábado, 11 de agosto de 2012

19 El tesoro

Un espíritu egoísta es como un árbol que no da frutos,
a pesar de su esplendor, se apaga.


   Posee, guardado en una fortaleza sin ventanas, un inmenso tesoro. Muy de tarde en tarde lo va a visitar. Con una pequeña lámpara entra en uno de los numerosos cuartos oscuros llenos de objetos preciosos para iluminar sólo un par de ellos. Se va satisfecho murmurando: «Hoy me he enriquecido».



De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



viernes, 10 de agosto de 2012

18 El arquero

Nuestro cazador más peligroso es uno mismo.


   Una y otra vez el cuerpo del arquero es atravesado por flechas. Se da cuenta de su verdadera identidad: él es la presa.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



jueves, 9 de agosto de 2012

17 Arte marcial

La mano y el puño tienen el mismo cuerpo.


   Una vez le preguntaron a un guerrero invencible por qué se paseaba por las calles con un aire tan humilde. Mostró una mano extendida y contestó: «Mis dedos son cinco señores. Estos cinco señores se inclinan ante mí». Fue cerrando la mano hasta convertirla en un puño. «Mientras más humildes se hacen, más fuerza me dan.»


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



martes, 7 de agosto de 2012

16 La última odisea

El mundo es lo que imaginas que el mundo es.


   Partieron en busca de la Verdad. Encontraron a quien los estaba soñando.



De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



lunes, 6 de agosto de 2012

15 El más allá

La muerte es un cambio de camino.



   De pronto, mientras pataleaba, se dio cuenta de que su ataúd era un huevo.




De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.




viernes, 3 de agosto de 2012

14 Sorpresa

El inconsciente es una habitación cuya entrada está oculta,
al entrar en ella descubrirás que ya habías estado ahí.


   Esa noche el ladrón estaba feliz. La casa oscura no tenía guardián. Forzó la puerta, entró en ella y llenó su saco de tesoros. Se fue corriendo sin mirar hacia atrás. Cuando estuvo a salvo, volvió la cabeza... para darse cuenta de que había robado en su propia casa.



De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.




jueves, 2 de agosto de 2012

13 La libertad

Receptivo hacia el cielo, activo hacia la tierra.


   El árbol decidió viajar. Cuando logró desprenderse de la tierra, se dio cuenta de que sus ramas eran raíces celestes.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.







miércoles, 1 de agosto de 2012

12 El encuentro

Dejando a las sombras que me abracen, me encuentro.


   Temprano, en la mañana, vio venir algo a lo lejos. Primero pensó que era un animal feroz; después, que era un hombre, con seguridad un asesino. A medida que el extraño se le fue acercando creyó ver un paisano, a un amigo, a su hermano, hasta que al final, a mediodía, se dio cuenta de que era su propia sombra.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



martes, 31 de julio de 2012

11 La ruptura

Un amor que termina nunca fue amor.


   ...Y después de verla por última vez se dio cuenta de que la había visto por primera vez.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.




lunes, 30 de julio de 2012

10 Último suspiro

La muerte del cuerpo no es el fin de tu existencia.


   Que la muerte sea mi perra.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



domingo, 29 de julio de 2012

9 Velorio

No des para que te agradezcan: la santidad civil es anónima.
La caja, sin saber, es útil.

   La caja de un muerto se quejaba amargamente: «¡No es fácil ser ataúd: quien nos hace no nos quiere, quien nos compra no nos usa y quien nos usa nunca nos ve!».


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.

viernes, 27 de julio de 2012

8 Deseo concedido

Incluso tu cuerpo no es tuyo.


   Dijo: «Dios, haz que nada tenga que no sea mío...». ¡Y se esfumó!


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



jueves, 26 de julio de 2012

7 Inteligencia

Dale a tus problemas un tiempo límite y una solución.


   Lo condenaron a la horca. Pidió que le regalaran un par de botas de plomo.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky (ilustrado por Bouqc)

La literatura breve es un balazo que pega en el alma no para matar, sino para florecer. En esta edición corta de El tesoro de la sombra, ilustrada por el artista francés Francois Boucq, Alejandro Jodorowsky nos presenta una serie de mini ficciones –algunas a manera de koans, otras, de pequeños discursos– orientadas al desarrollo de la conciencia del lector. A través de oraciones y frases cortas, como si de Twitter se tratara, Jodorowsky hace de la poesía el fermento mágico de nuestro desarrollo espiritual.

Para descargar el documento pulsar el botón Download ubicado en la parte inferior del mismo.

Alejandro Jodorowsky - El Tesoro de La Sombra (ilustrado por Boucq)

Esta edición de El tesoro de la sombra, como todo el material aquí alojado, es gratuito y puede ser compartido.

«Lo que das te lo das, lo que no das te lo quitas.»


miércoles, 25 de julio de 2012

6 Método piramidal

No busques tener y parecer, sino ser y crear.

   Empaquetó excrementos, buscó incautos y los convenció de comprar ese producto para que lo vendieran dando a sus futuros clientes las mismas razones con que él los había persuadido. Este sistema creó innumerables revendedores hasta que la insalubridad del producto provocó una peste que los exterminó a todos.


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



martes, 24 de julio de 2012

5 Ideal loco

De menos en menos para llegar a más.


   Un arquero quiso cazar a la luna. Noche tras noche, sin descansar, lanzó sus flechas hacia el astro. Los vecinos comenzaron a burlarse de él. Inmutable, siguió lanzando sus flechas. Nunca cazó a la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.


lunes, 23 de julio de 2012

4 Teoría equivocada

Si en la mente no hay vacuidad en el cuerpo no habrá salud.


Un filósofo que no podía caminar porque pisaba su barba, se cortó los pies.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



viernes, 20 de julio de 2012

3 El vidente

Lo que llamamos "mala suerte", no es sino un sufrimiento deseado no aceptado.


   Todos los días, a las doce, cae del cielo una piedra y le pega en la cabeza. Ha terminado por creer que él mismo produce el fenómeno porque, faltando sesenta segundos para mediodía, dice: «Ordeno que en un minuto más caiga una piedra del cielo y me parta la cabeza».


De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky.



jueves, 19 de julio de 2012

2 La visión del elegido

El milagro está en todas partes, sólo hay que abrir los ojos.


   «Y apareció Jehová a Abram...» Abram vio a Dios. Es decir no vio nada más de lo que veía de ordinario. Sólo que se dio cuenta de que eso que veía –paisaje, animales y gente– era en realidad Dios.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky

miércoles, 18 de julio de 2012

1 El conocimiento

Mente vacía, Corazón lleno, Sexo satisfecho, Cuerpo agradecido.


   Estaba en un desierto. Miró a la derecha y un árbol surgió a su izquierda. Giró la cabeza hacia la izquierda; el árbol desapareció para crecer a su derecha. Ojeó hacia atrás, el árbol apareció delante. Atisbó hacia adelante, el árbol brotó atrás. Cerró los ojos para ver si lo llevaba dentro. Se convirtió en ese árbol.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky

martes, 17 de julio de 2012

Prólogo

Debajo de la máscara del ego, se encuentra tu ser esencial.
 

     Un mercader, antes de morir, hace esculpir su cuerpo en bronce y deja dicho en su testamento: «Encontrarán un tesoro enterrado donde cae la sombra de mi estatua». Durante todo el año y a todas horas sus hijos cavan la tierra. Pero la sombra indica siempre puntos distintos a medida que el sol recorre el cielo. La búsqueda es infructuosa hasta que un día, exactamente a las doce, un servidor astuto abre a martillazos el pedestal y encuentra el tesoro... Inspirados por esta historia hemos tratado de expresarnos con la mayor brevedad.

De: El tesoro de la sombra de Alejandro Jodorowsky

lunes, 27 de febrero de 2012

Cortometraje: The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore (2011)

Los libros son grandes maestros,
pero también buenos compañeros.


Cortometraje animado de 2011 dirigido por William Joyce y Brandon Oldenburg. Ganador de un premio Óscar en la categoría de mejor cortometraje animado.




martes, 31 de enero de 2012

Entrevista a Alejandro Jodorowsky (FIL, México, 2011)

Alejandro Jodorowsky, durante su visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2011, presentó su más reciente libro terapéutico Metgenealogía.

Aquí una entrevista:

lunes, 30 de enero de 2012

Arcanos menores (resumen)

Arcanos menores (resumen)

Los arcanos menores se subdividen en cuatro Palos: Espadas, Copas, Oros y Bastos. Los detalles que presenta cada una de estas familias se corresponden con los cuatro símbolos presentes en el Arcano XXI: El Mundo.

Cada uno de los grupos que conforman los Arcanos menores está compuesto por catorce cartas las cuales se organizan de la siguiente manera: primero se forman las cartas en orden ascendente comenzando por el As (primera carta) y continuando con la número II hasta llegar al número X, posteriormente, las cartas se acomodan de la siguiente manera: Valet o Paje, Reina, Rey y Caballero. En el caso de los Oros no cuentan con número, para su organización se deberá contar el número de oros que aparecen en cada carta comenzando con el As de Oros y culminando con la carta cuyo contenido es de diez monedas.


Los Pajes (Valet)

El Paje de Copas se dirige a la izquierda, es receptivo. Su copa se muestra abierta (receptiva hacia el cielo. Este paje corresponde al águila de El Mundo.

El Paje de Bastos se dirige hacia la derecha: es activo. Su basto apoyado sobre la tierra muestra que es activo hacia la tierra. Este paje corresponde al león de El Mundo.

El Paje de Oros con un pie en cada dirección lo hace receptivo/activo. Su símbolo está a la vez en la tierra y la mano, receptivo hacia la tierra, se asimila al buey/caballo de El Mundo.

El Paje de Espadas, con los dos pies en direcciones distintas, es de tendencia activa con una tonalidad receptiva. Su símbolo, la espada, apunta al cielo. Activo y celeste, se asimila al águila en la carta de El Mundo.


Correspondencias entre los Palos, los elementos y las energías del ser humano

Los cuatro Palos del Tarot no son los cuatro elementos de la alquimia ni de otros sistemas (espada/aire, copa/agua, oro/tierra, basto/fuego); aunque esto no significa que no podamos inaugurar un sistema de correspondencias.

Este sistema estará basado en la relación de los cuatro elementos que rodean al andrógino de El Mundo.

La espada, símbolo tradicional del Verbo, es un arma que se forja, se templa y se afila, como se agudiza la inteligencia; por ejemplo, mediante el aprendizaje del lenguaje. Representa la energía intelectual y corresponde al águila del Arcano XXI, capaz de elevarse a las alturas, de adoptar un punto de vista más elevado. Su elemento podría ser el aire.

La copa, símbolo crístico del Grial, cáliz, instrumento absolutamente receptivo, es un símbolo antiguo del amor. Podrá, pues, representar la energía emocional. El As de Copas se parece a una catedral y nos recuerda que construir el amor sagrado es un trabajo de orfebre. Corresponde al ángel del Arcano XXI, mensajero divino. Su elemento de referencia podría ser el agua.

El oro es a la vez recibido (como mineral presente en la tierra) y forjado (se acuña la moneda). Asimismo nuestro cuerpo está formado por nuestras acciones, pero también lo recibimos definitivamente. Del mismo modo, el planeta Tierra, que es el territorio de la vida de la especie humana, es uno y completo, pero está explotado y transformado por la actividad de sus habitantes. Se le puede, pues, atribuir la representación de la energía material, de las necesidades corporales del territorio, de las cuestiones relacionadas con el dinero y el cuerpo. Hemos visto que corresponde al buey/caballo. Su elemento de referencia podría ser la TIerra.

El basto crece de forma natural, no se fabrica. Pero se puede seleccionar, pelar... representa la fuerza de la naturaleza que crece, la potencia creativa y sexual. Lo que sentimos por un ser no se inventa: el deseo es un asunto de atracción, una persona nos gusta o no. La sexualidad no es una energía que forjemos, pero podemos canalizarla, incluso sublimarla. Asimismo, la atracción que siente un artista hacia una forma de expresión, el talento, son elementos misteriosos pero que se desarrollan mediante el trabajo. La inspiración es recibida antes de ser puesta en práctica. Hemos visto que el basto corresponde al león de la carta de El Mundo. Combustible natural, su elemento podría ser el fuego.


            En la baraja inglesa, los dos Palos receptivos, Copas y Oros, dieron lugar a dos símbolos rojos: Corazones y Diamantes. Los dos Palos activos, Espadas y Bastos, se convirtieron en dos símbolos negros: Picas y Trébol.




De La vía del Tarot de Alejandro Jodorowsky

martes, 17 de enero de 2012

"Yo, el Tarot" de Alejandro Jodorowsky


Extracto del prefacio:

Yo, el Tarot es un poemario de Alejandro Jodorowsky en el cual el autor deja que el Tarot nos hable a través de cada uno de los veintidós arcanos mayores que lo componen. En esta obra, Jodorowsky nos propone un viaje iniciático cuyo origen está representado por el estallido primordial de El Loco, quien se lanza –acompañado por un perro azul: el ego– en una búsqueda de autoconocimiento representada por cada uno de los Arcanos que se muestran en su camino. El final de este recorrido es el Arcano XXI: el Mundo, un ser andrógino que ha domado su ego –que de perro azul se ha transformado en una bella mandorla que rodea al andrógino– y armonizado sus cuatro centros –intelectual, emocional, sexual y físico– para unirse al Gran Todo.

Descargar Yo, el Tarot de Alejandro Jodorowsky:
 
 

jueves, 12 de enero de 2012

«Todas las piedras» de Alejandro Jodorowsky (Edición digital)



La presente edición digital de Todas las piedras tiene su origen en la recopilación de los poemas de Alejandro Jodorowsky que él mismo publicó vía Twitter durante los últimos meses del año 2010. Durante cincuenta días, Alejandro twitteó diez poemas diarios hasta completar los quinientos poemas que en esta edición se ofrecen y que originalmente tardó quinientos días en escribir.

El siguiente texto es un extracto de su poemario:

“Durante 500 días, cada mañana, busqué escribir, con el mínimo de palabras, un sentimiento o pensamiento que me ayudara a soportar mejor los embates de ese sueño implacable que llamamos realidad”
“Abatí los límites entre poemas y aforismos, para hacerlos progresivamente más compactos, hasta alcanzar la consistencia de un pedrusco”


Para descargar este libro visita el siguiente enlace:

Descargar Todas las piedras aquí

Partí del vacío (1) y llegué a ser lo que soy (500):
un simple canal.
Lo que digo ni yo lo creo (de crear) ni me pertenece.

Palabras de Alejandro Jodorowsky
en Twitter después de publicar
el último poema de su libro
Todas las piedras.

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